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Después de derrotar a Niemann, la MI neerlandesa (2381) venció al tunecino Mustafa Yilmaz (2665). En la siguiente ronda, Saleh Salem cortó su racha en Wijk aan Zee
El torneo Tata Steel sigue deparando emociones y partidas apasionantes. En Wijk aan Zee, las mujeres son minoría, pero su presencia es suficiente para acaparar protagonismo. La mezcla de Zidanes y Pavones (o Pavonas) vuelve a dar buenos frutos, con menos tablas de las habituales en los supertorneos de élite, donde se juega demasiado a amarrar el resultado. Una de las estrellas es Ju Wenjun, que ganó al número 6 del mundo. La otra es Eline Roebers, modesta MI que ya ha dado dos zarpazos inesperados. Como muestra de la fiereza general de las partidas, hoy dos de los primeros clasificados, Anish Giri y Alireza Firouzja, han sufrido como bellacos y han terminado perdiendo.
Después de vencer a Hans Niemann, la modesta neerlandesa de solo 2381 puntos Elo derrotó a otro gran maestro, el tunecino Mustafa Yilmaz, que le saca casi 300 puntos. Lo más sorprendente es que Roebers venía de perder las cuatro primeras partidas del torneo de Challengers. Este sábado no ha mantenido el nivel de juego y ha caído contra Saleh Salem, pero su combatividad está fuera de toda duda: en siete partidas, Roebers no ha firmado ni un empate.
En la competición principal, la curiosidad principal era saber como se comportaría Ju Wenjun después de doblegar a Firouzja. La campeona del mundo se enfrentaba a otro top mundial, Vidit Santosh Gujrati, que hoy ha ganado a Firouzja (el francés no termina de asentar su juego). El duelo duró poco, 27 jugadas, lo que tiene una lectura mala y otra buena: hubo exceso de prudencia y la ajedrecista china se ha ganado el respeto de los otros participantes. Hasta hace dos días, hacer tablas contra ella era un mal resultado.
Este sábado, en un gambito de dama mucho más soso que la serie de televisión, Wenjun ha vuelto a hacer tablas contra el alemán Alexander Donchenko. La gran maestro china sigue arañando puntos y demostrando que no ha ido a Países Bajos a hacer turismo.
Otros resultados interesantes son los que están logrando la MI Divya Deshmukh (2420 puntos), quien ya ganó a Jaime Santos y que después de perder tres partidas seguidas hoy ha recuperado su toque contra el GM holandés (si todavía se puede decir) Liam Vrolijk. Necesitó 56 movimientos para rematar un final de torres y peones, que treminó ganando.
Giri también pierde
En la lucha por los primeros puestos, la cabeza se ha apretado después de la citada derrota de Firouzja y la de Giri, dominado por un segurísimo Nodirbek Abdusattorov, que explotó la defensa rusa de su rival sin hacer nada especial, al menos en apariencia. El uzbeko tuvo fe y esperó los errores del neerlandés, un tipo que no falla casi nunca, pero que hoy estuvo impreciso. Giri y ‘Abdu’ comparten ahora el liderato con Gukesh, que lleva tres victorias consecutivas y se cuela también en el top 20 mundial, en el que ya hay cinco ajedrecistas indios.
El trío que lidera el Tata Steel lleva 4,5 puntos en 7 rondas. Ya han jugado entre ellos y Nodirbek, el único invicto, tiene ventaja en su liga particular. Ahora les toca tratar de acumular puntos contra el resto de jugadores. No quiero obsesionarme con los jugadores de la India, pero los tres que juegan en Wijk aan Zee están en las seis primeras plazas, de los 14 participantes.
No nos olvidamos de Jaime Santos, que en el torneo B recuperó un poco las sensaciones con una gran partida contra Erwin l’Ami, con negras. El español, que solo lleva dos tablas en siete rondas, remató su victoria con un precioso remate y se coloca con saldo positivo. Su víctima era además el líder del Challengers, un gran maestro que tiene un enorme mérito, porque después de ser diagnosticado con linfoma de Hodgkin logró su primer título nacional y en Wijk aan Zee está completando una actuación magnífica.
A todo esto, Ding Liren mantiene un perfil bajo. Después de ganar a Gukesh y de perder contra Pragg (quien sigue invicto), el campeón del mundo lleva tres tablas seguidas. Contra su compatriota Wei Yi, la partida fue tan perfecta, por encima del 99% de precisión, que resultó un muermo. Viva el riesgo y celebremos los errores, porque en el tablero la arruga también es bella.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor