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La penúltima ronda en San Luis fue una pequeña estafa, de la que solo se escapó Alireza Firouzja. El 80% de las partidas han terminado en tablas en el presunto supertorneo
Alireza Firouzja intenta reivindicarse después de sus últimos tropiezos en los dos torneos de Candidatos que ha jugado. En el artículo dedicado a la victoria aplastante de Caruana sobre Nepo, comentaba que en la Copa Sinquefield se firman demasiadas tablas. Luego me quedé pensando si había sido demasiado duro. La ronda siguiente despejó las dudas. En la penúltima jornada del supertorneo de San Luis, todas las partidas terminaron en empate. Lo peor no es eso; salvo Firouzja, que lidera la clasificación con un punto de ventaja sobre Fabiano, nadie arriesgó ni una uña. En las ocho rondas celebradas, solo ocho partidas de las cuarenta disputadas han tenido un resultado decisivo, el 20%.
Los diez jugadores que participan en la Sinquefield Cup se repartirán 350.000 dólares, que no es una mala cantidad, aunque siga lejos de lo que reciben otros deportistas. Es injusto juzgar a un ajedrecista por el número de tablas que hace, aunque Maxime Vachier-Lagrave sigue ampliando el récord y ya lleva 25 empates seguidos. Ayer no estropeó su plusmarca contra Wesley So. En la jugada diez ya se habían cambiado las damas y una pieza menor. Antes de la jugada 20 ya estábamos casi en un final de torres con alfiles de distinto color. Llegaron a la jugada 49, pero que nadie se engañe. El porcentaje de precisión fue superior al 98% para los dos grandes maestros. No vimos ni un error, pero tampoco una sola jugada brillante.
Ding Liren tenía motivos para seguir en modo zen, aunque es improbable que así se ponga a tono para defender el título contra Gukesh. El ajedrecista chino firmó su planilla después de solo 23 movimientos. Nodirbek Abdusattorov no quiso alterar su paz interior. El candidato a la corona, Gukesh Dommaraju, hizo exactamente las mismas jugadas contra Anish Giri. ¿Por qué quejarse? Fue otra partida perfecta, con el 99% de precisión para ambos contendientes.
Se supone que Caruana podía intentar recortar distancias con el líder del torneo, pero aceptó las tablas contra Praggnanandhaa en 28 movimientos, pese a que los ordenadores le concedían una pequeña ventaja. No cazó a su rival en la apertura como hizo con Nepo y luego no tuvo ganas de apurar sus posibilidades.
Firouzja, el único que sacrifica
La partida de Alireza Firouzja también acabó con el reparto de punto, pero fue otra cosa. No solo duró 80 movimientos. El francés, tentado por el magnate Rex Sinquefield para quedarse en Estados Unidos, porfió contra Nepomniachtchi pese a llevar las piezas negras. Sacrificó una calidad en la jugada 15 y luego tuvo que jugar fino para no quedarse peor. Después de 80 movimientos, no se le puede criticar demasiado por firmar el último empate del día.
Ojalá me equivoque, pero con todo el pescado vendido, hoy se esperan mayores sorpresas. No sé si Magnus Carlsen estará siguiendo las partidas, pero probablemente no les ha dedicado demasiado tiempo. El ajedrez clásico sigue siendo la forma más pura de medir a dos grandes maestros, pero creo que va a ser mucho más interesante el duelo del noruego contra Niemann en París. Si se juega.