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El número uno volvió a perder contra Wei Yi en el Armagedón. Y al tercer día, Gukesh no resucitó.
Las palabras y los hechos de Magnus Carlsen muestran a un jugador herido. Las partículas levantadas por su puño siguen flotando en el ambiente. Él sigue incómodo, por cómo llegó hasta ahí y por lo que significaba su reacción, un síntoma de males mayores. Este martes, Wei Yi le dio un poco de su propia medicina: tablas sin chicha en la partida clásica para liquidarlo en el Armagedón.
El gran maestro chino tampoco lo celebró demasiado, ya que su victoria llegó por un error grosero de Magnus, que se dejó una pieza en una combinación sencilla, cuando la partida estaba igualada. Él mismo se ríe de su fallo durante la partida. El noruego también se quejó de la falta de combatividad de su rival en la primera partida, aunque él mismo ha interpretado ese mismo guion otras veces, confiado en su fuerza en el ajedrez rápido.

«Jugué contra un ajedrecista muy fuerte que realmente no quería jugar al ajedrez. Ya viste lo que pasó ayer y lo que hace ahora. Esa es una especie de debilidad del ajedrez que practicamos aquí». Carlsen no se quejaba tanto de su oponente como del ajedrez clásico. Él va dejando caer comentarios sobre el formato del Norway Chess, que por otro lado es fantástico. ¿Conseguirá que lo cambien en la próxima edición por miedo a perderlo?
Carlsen, amigo de las «indirectas»
En distintas entrevistas, el número uno iba sembrando sus teorías y preparando a la opinión pública. También buscaba justificarse un poco, sincero y errático a la vez: «Tendré que tomar algunas decisiones sobre el próximo año aquí o en posibles torneos, más adelante. Simplemente, no disfruto tanto el ajedrez clásico», declaró al canal de televisión noruego TV2.
«No voy a sentarme ahora y decir que nunca más jugaré torneos clásicos… La cosa es que, ya sabes, las derrotas son dolorosas, pase lo que pase, pero al menos si puedo perder haciendo algo que realmente disfruto (blitz, rápidas o Freestyle), entonces eso es mucho más fácil», añadió el noruego.

Sobre Gukesh, Magnus estuvo comedido en el elogio: «Recuerdo tener su edad, llena de energía y optimismo, que a veces es mayor que tu capacidad. Lo que Gukesh hace muy bien es luchar con determinación». Esta vez no le valió al indio, sin embargo.
Gukesh no es inmortal
En efecto, en su duelo contra Hikaru Nakamura, fue el estadounidense quien jugó una partida sensacional. El campeón del mundo se resistió lo que pudo, en su línea, pero no pudo encontrar esta vez la recompensa del héroe. Al contrario que Carlsen y Erigaisi, Naka no aflojó y remató su obra maestra.
En la tercera partida del día, también cayó uno de los tres primeros clasificados. Fabiano Caruana sigue líder en el Norway Chess, pese a sucumbir ante la determinación del otro gran maestro indio del torneo. Arjun Erigaisi necesitó 70 jugadas para imponerse de una forma muy parecida a Nakamura, en un final con el mismo material: damas, una torre y alfiles de distinto color, que por lo visto no son tan tablíferos como se comenta.

Lo curioso es que Hikaru siempre fue quien pugnaba por la victoria, pero en esta partida era Fabiano el que presionaba. El indio apostó por una defensa activa que entregaba un peón a cambio de meter miedo. Ante un juego perfecto, se habría quedado perdido, pero Caruana estaba muy apurado de tiempo y su apuesta por la seguridad fue el primer error fatal. En un momento dado, el americano tenía tres peones más, una diferencia de material que parecía inversamente proporcional a la ventaja real.

El error final fue instructivo, un jaque innecesario, típico cuando el reloj empieza a temblar, lo condujo a una posición sin defensa posible. El plan posterior de crear algo parecido a una fortaleza no llegó ni a esbozarse. Solo queda una ronda por jugarse en Stavanger y la clasificación se ha estrechado tanto que los pronósticos son inciertos.
Así está la clasificación
Fabiano Caruana: 12,5 puntos
Magnus Carlsen: 12
Hikaru Nakamura: 11,5
Gukesh Dommaraju: 11,5
Arjun Erigaisi: 10,5
Wei Yi: 8
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