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Gran maestra y comentarista de primer nivel, la jugadora georgiana habla desde el Sunway Festival de Formentera de lo duro que resulta vivir del ajedrez, un mundo no tan grande y lleno de contradicciones
Keti Tsatsalashvili nació en Georgia días antes de que empezaran los Juegos Olímpicos de Barcelona, en junio de 1992. Antes de cumplir los 20, ya tenía el título de gran maestra femenina, pese a que a esas alturas de su vida había abandonado el ajedrez. Desde su regreso, el público la conoce sobre todo por su trabajo como entrevistadora y comentarista en los grandes torneos, como el Campeonato del Mundo. Keti conoce a casi todos los grandes ajedrecistas y es una de las personas más inteligentes y simpáticas que te puedes encontrar alrededor de los tableros. En el Sunway Chess de Formentera, tardó medio segundo en conceder esta entrevista, mucho más de lo que le llevó armar su sonrisa.
Tsatsalashvili también crea contenido de ajedrez, vídeos para sus alumnos y para el público en general. Es una jugadora experta, que aprendió a jugar a los ocho años y se tomó muy pronto el ajedrez «de manera profesional», aunque el oficio no le duró demasiado: «Tuve dos entrenadores y trabajé muy duro, pero a los 17 o 18 años decidí dejar el ajedrez y estudiar en la universidad. Yo ya era entonces maestro internacional y tenía un Elo muy alto, pero mi decisión fue educarme en un campo diferente. Para ser honesta, nunca me planeé volver al ajedrez. Estudiaba y trabajaba al mismo tiempo y tenía una vida realmente feliz».
«Mi primer día fue horrible»
Como sabemos, Keti Tsatsalashvili ha regresado a los tableros y a sus aledaños, aunque su reinicio no fue nada fácil: «Un día recibí una llamada de la Federación de Ajedrez de Georgia y me dijeron: ‘Te necesitamos’. Llevaba cuatro años estudiando, sin practicar ajedrez en absoluto, pero se celebraba la Copa del Mundo en Tbilisi y querían que fuera. Les dije que no quería ir, pero insistieron: ‘Necesitamos una persona que hable inglés y sepa de ajedrez. Por favor, por favor, por favor, ven’. Y así comencé mi primer día como comentarista, que fue horrible».
La gran maestra georgiana recuerda que estaba sentada junto al gran maestro Ivan Sokolov, que hablaba de ajedrez mientras ella se preguntaba qué hacía allí. «Vi que la gente en el chat empezaba a juzgarme duro. Yo pensaba que después del descanso simplemente me iría, muy enfadada con la gente que me había llevado hasta allí. Estaba confundida, sin saber qué hacer. Cuando llegó el descanso, hablamos, pero ellos insistieron: «Por favor, quédate por un día». Luego, me pidieron un segundo día y después una semana, pero prometieron que llegaría otro comentarista».
«Así volví al ajedrez»
Lo que ocurrió después fue que a Keti Tsatsalashvili empezó a gustarle el trabajo. «Empecé a disfrutar y al mismo tiempo comencé a agradar a la gente, y cuando de verdad llegó el otro comentarista, me pidieron que me quedara durante todo el torneo. Después de la Copa del Mundo, ya tenía reservadas las fechas para tres o cuatro torneos más y así volví al ajedrez, aunque no como jugadora profesional, sino como comentarista. Hace ya seis o siete años».
«Es bastante difícil enfrentarte a las generaciones más jóvenes. Es muy difícil jugar contra ellos»
Keti Tsatsalashvili
En Formentera, Keti también jugó, sin embargo, al tiempo que grababa y retransmitía sus partidas. No era la única ‘persona’streamer’ en el Sunway Chess, donde también jugaban y emitían sus partidas Alexandra Prado (puedes leer aquí su entrevista), Anna-Maja Kazarian, Julia Schulman y las hermanas Andrea y Alexandra Botez. Incluso les habían reservado una zona en la sala de juego, para no tener que cambiar cada día la instalación audiovisual.
«Me encanta jugar al ajedrez y me encanta ganar», confirma la georgiana. «Ganar es una gran sensación, porque de alguna manera eres recompensada. No es solo lo que duran las nueve o diez rondas, es el trabajo que haces durante un año o tal vez incluso más. Pero cuando obtienes la victoria, estás cansada de todas esas emociones y, muy a menudo, tampoco ganas y ni siquiera estás contenta. Es parte del aprendizaje y del proceso de mejora».
¿Ha cambiado como jugadora? «Disfruto este momento de volver una y otra vez a la rutina de jugar, pero ahora que soy mayor tengo un enfoque diferente en el ajedrez. Juego de forma más sólida, no disfruto tanto de las diferentes experiencias en el tablero. Cuando eres joven no tienes miedo a nada, quieres hacer lo mejor. Ganas o pierdes y está bien. También es bastante difícil enfrentarte a las generaciones más jóvenes. Es muy difícil jugar contra ellos».
Si hablas con una ajedrecista georgiana, es obligatorio hablar de algunas cosas: ¿es Georgia el mejor país del mundo para ser jugadora de ajedrez? «Sí, es cierto lo que dicen. Tenemos una gran historia de ajedrez femenino. Allí es muy popular gracias a nuestras dos campeonas. Nona Gaprindashvili y Maia Chiburdanidze ganaron el Campeonato del Mundo cinco veces consecutivas cada una. Fue simplemente la hegemonía de las mujeres georgianas (entre 1962 y 1991). Ahora también tenemos un equipo fuerte, pero hemos visto que vienen nuevos países, como Kazajistán y Uzbekistán en el caso de los hombres. Hay otros grandes países para dedicarse al ajedrez, como China, India, Ucrania, Rusia, etcétera. Y Estados Unidos también se volvió muy fuerte. Es un juego universal».
Otra pregunta casi forzada es sobre la ausencia de mujeres en los primeros puestos de la clasificación internacional: «Es una cuestión muy difícil», responde Keti Tsatsalashvili. «Muy a menudo, se discute por qué existen los torneos femeninos y por qué hay títulos femeninos. Desafortunadamente, a lo largo de la historia las mujeres no han disfrutado las mismas oportunidades. Ni siquiera ahora tenemos suficientes torneos. Por desgracia, no puedes ganarte la vida con el ajedrez. Por eso tienes que hacer muchas cosas, además de jugar o hacer comentarios. Quizás tengas que entrenar o hacer alguna otra cosa para pagar tus facturas o simplemente para vivir».
«Estoy segura de que Magnus Carlsen no se siente muy cómodo con las entrevistas, pero trabajó muy duro para darlas y ser capaz de abrirse»
Keti Tsatsalashvili
«En algún momento también quieres hacer cosas diferentes. Por eso muchas mujeres simplemente dejan de jugar. Para los hombres es diferente. Sabes que si trabajas bien y eres un jugador top, puedes ganarte bien la vida con eso. Espero que en algún momento tengamos más y más chicas viniendo y quedándose en el mundo del ajedrez. Cuando una mujer tiene éxito en su vida privada, recibe invitaciones de las grandes empresas y muchas mujeres ocupan ahora altos cargos en los órganos gubernamentales. Son ministras, están en el Parlamento. Ser jugadora de ajedrez también es algo muy prestigioso en mi país y en algunos más, pero en algún momento, si llegas lejos, piensas: ¿vale la pena seguir en el ajedrez? Tal vez es el momento de mejorar en tu vida y seguir adelante. Fue una pena, por ejemplo, que Judit Polgar dejara de jugar al ajedrez tan pronto. O Hou Yifan. Encontraron otras cosas para disfrutar de su vida, porque es difícil mantenerse en la cima y la recompensa, lamentablemente, no es gran cosa para las mujeres».
Por otro lado, ¿el entorno es lo suficientemente bueno para las mujeres en este momento? ¿Qué deberíamos hacer para mejorarlo? «Obviamente, es mejor que hace algunos años, porque hay más mujeres que son más activas en el ajedrez y también están siendo invitadas a los torneos, y eso es muy bueno. Pero todavía hay un gran margen de mejora. Desafortunadamente, hay algunas historias que todos escuchamos. Ojalá las mujeres se vuelvan más fuertes para ser capaces de hablar de eso. Creo que esta es la forma de mejorarlo. Pero en general ahora es muy diferente a como solía ser hace muchos años y esto se debe básicamente a que muchas mujeres empezaron a ser jugadoras de ajedrez muy activas. En este torneo puedes ver a varias ‘streamers’ que muestran a los aficionados cómo es jugar un torneo de ajedrez. Creo que vamos en el camino correcto».
Grandes estrellas
Tsatsalashvili también habla de los grandes jugadores que ha conocido en su trabajo como comentarista y entrevistadora, y desvela cuáles le han impresionado más. «A los jugadores de ajedrez no les suele gustar hablar. Es un hecho. Pero creo que muchos son muy interesantes. Tienen algo especial y cuentan sus propias historias. Por ejemplo, me gusta mucho trabajar y entrevistar a Vishy Anand. És una persona increíble. Tiene tanta experiencia y tantas historias… Y un gran sentido del humor. También está Magnus Carlsen. Haga lo que haga, lo hace genial, y eso también lo demuestra en las entrevistas. Estoy segura de que no se siente muy cómodo con eso, pero trabajó muy duro para dar entrevistas y abrirse; está haciendo un gran trabajo. En general, hoy en día, los jugadores de ajedrez acaban de aprender que es bueno ser abierto, que también es bueno ser más activo en las redes sociales, porque tus fans te siguen y les gusta tu carácter, no sólo tu ajedrez. Y tienes más apoyo. Es muy importante atenderlos cuando alguien te pide una firma o una foto».
Keti es una entrevistadora muy fina, a veces colocada en situaciones delicadas, ante un aspirante al título, por ejemplo, que acaba de perder una partida importante y no tiene ganas de hablar. «He pasado por esa situación en el Campeonato del Mundo, donde cada palabra es muy importante y debes expresarla de la manera correcta. Es un material muy sensible. Son solo dos jugadores en busca de un premio muy importante».
Tsatsalashvili no es periodista, pero se preparó bien para afrontar esa labor: «Compré algunos cursos por internet y aprendí muchas cosas: cómo trabajar con la cámara, cómo hacer las preguntas. Para el Campeonato del Mundo también tenía un entrenador. Siempre estamos mejorando en el ajedrez, en la vida, en lo que sea que tengas que hacer. Todo cambia a tu alrededor y tú también tienes que cambiar. Creo que es muy importante hacer las preguntas adecuadas; de lo contrario, los jugadores podrían sentirse mal y responderte de forma agresiva».
«No veo suficientes oportunidades para mí. Desafortunadamente, ese es mi sentimiento»
Keti Tsatsalashvili
Entre las jugadoras que retransmiten sus partidas, posiblemente Keti Tsatsalashvili sea una de las mejores del mundo, pero no figura entre las más famosas. «No me considero un ‘streamer’ profesional», explica. «Desafortunadamente, no gano dinero con la transmisión. Es triste. Probablemente podría, pero no soy una estrella. La cosa es que comencé a hacer ‘streaming’ para estar más cerca de la gente. Cuando hago los comentarios en los torneos, no tengo un contacto directo con los espectadores. Ellos tienen dudas, pero había una gran barrera entre ellos y yo. Muy a menudo, la gente simplemente es tímida o tiene miedo de acercarse ti y hablarte. Lo bueno de estar transmitiendo es que es tu propio espacio, puedes ser tú misma, responder cualquier pregunta y hablar sobre ti. Eso me ayudó a tener una mejor comunicación con mis espectadores. Por eso comencé a hacer ‘streaming’, para mejorar mi trabajo de comentarista, no necesariamente para ganarme la vida con ello».
¿Sientes que el ajedrez te llena? ¿Alguna vez piensas que con tu talento podrías hacer otras cosas, quizás más útiles para la sociedad? Nunca tuve ese sentimiento, pero durante los últimos meses comencé a pensar en ello, porque no veo suficientes oportunidades para mí. El ajedrez es una comunidad muy extraña, en cierto modo. Puedes estar un día en algún gran evento y luego pasar dos o tres meses seguidos sin ningún proyecto. Es muy difícil para ti, mentalmente, porque quieres mejorar cada vez más y tener trabajo. No me parece justo vivir en un lugar donde no eres responsable de tu trabajo y no tienes suficientes oportunidades. Desafortunadamente, ese es mi sentimiento en el ajedrez. De alguna manera, es una comunidad muy pequeña».
Fotos: FMB / Damas y Reyes
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