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Hikaru Nakamura le dio un repaso a Hans Niemann (21-9) en la lucha por el tercer puesto del Speed Chess. El primero habló de posibles retiradas y el segundo de su necesidad de tener una confianza en sí mismo «delirante»
En una versión anterior del texto, había un error y se decía «inteligente» en lugar de «agudo».
El estadounidense nacido en Japón Hikaru Nakamura es uno de los grandes del ajedrez rápido. Sus resultados son tan espectaculares que es uno de los señalados por Vladimir Kramnik. Resulta irónico que el primero demostrara su potencial precisamente contra el nuevo alumno del ruso, Hans Niemann. Lo destrozó sin paliativos. El tiburón olió la sangre y se ensañó con la víctima, que pese a todo tiene algo: en contadas ocasiones sabe ser humilde y reconocer las derrotas, siempre con un punto de orgullo. El marcador final fue de 21 a 9, con 13.500 dólares para el ganador del encuentro y 1.500 para el perdedor.
Tan interesantes como las partidas fueron las declaraciones posteriores de ambos semifinalistas, entrevistados por Chess.com. El discurso de Nakamura fue el de un ajedrecista semirretirado, mientras que Niemann parece capaz de cualquier cosa, empezando por trabajar muy duro, para seguir consiguiendo oportunidades de demostrar que puede estar entre los mejores del mundo. Con sus palabras se ganó a parte del público e incluso a responsables de Chess.com como Danny Rensch, con los que mantiene una áspera rivalidad. Después de la pequeña crónica deportiva, puedes leer lo que dijeron Nakamura y Niemann.
Partidas 5+1
Al segundo hay que reconocerle que tuvo destellos de brillantez y que jugó mucho mejor de lo que refleja el marcador. Dejó escapar partidas que tenía en el bolsillo tras jugar con gran estilo. En parte fue culpa suya, por inexperiencia o inmadurez, pero también hay que tener en cuenta que enfrente tenía a una bestia. Hikaru es un trilero con mil conejos en la chistera, al que hay que matar muchas veces para que deje de moverse. Escapista profesional de la derrota, ganó partidas increíbles.
Otra virtud enorme de Naka es lo rápido que huele el error ajeno. Juega a toda velocidad. Se hace el viejo, pero luego era más rápido que Niemann en casi todas las partidas, pero luego tiene un sexto sentido que le permite detenerse a pensar en el momento justo, cuando tiene que castigar alguna imprecisión. Ahí se mostró implacable.
Un buen ejemplo fue la primera partida. Nakamura ganó en 21 jugadas gracias a un truco que Niemann se dejó, descuidado. Hikaru lo olió, se detuvo unos instantes y se lanzó al cuello. En la tercera, el abismo entre ambos empezó a abrirse y ya nunca se cerraría del todo. Hans apretó con blancas, una constante, pero no fue capaz de desactivar todas las trampas que le ponía su rival en un tiempo tan limitado. Al final colapsó y se dejó la dama: 2,5 a 1,5. Sería aún peor en las partidas con menos segundos.
Cuando Niemann ganó la cuarta partida, levantó el puño victorioso, con Magnus Carlsen como testigo en la retransmisión oficial. «Hikaru es el gran favorito», insistía el noruego, capaz de ver más allá de los pequeños giros de guion. Hans seguía apurándose de tiempo y después de la primera media docena de partidas ya perdía 4,5 a 1,5.
Nakamura solo cometió un error estratégico grave: con negras, insistió en una línea de la española en la que de forma sistemática se quedaba peor, aunque luego se escapaba a menudo por sus otras habilidades. David Martínez comentaba: «Naka, necesitamos que alguien te diga que tienes que cambiar de apertura». El consejo no fue escuchado, porque los jugadores llevaban auriculares para aislarse del bullicio de los aficionados en las gradas, pero la demostración de Niemann fue tan brillante que el derrotado abrió por fin los ojos. El Divis alabó el juego del ganador: «Para mí es la mejor partida de ataque que hemos visto en París». Podemos ver la partida.
En la partida 9, volvió a ganar Niemann, esta vez con negras, pero fue su canto del cisne. Terminaba el primer bloque con ventaja de Naka, 4,5 a 3,5, pero malas sensaciones para él. Cuando se fueron al descanso, no era fácil adivinar lo que se avecinaba.
Partidas más rápidas
Aparte de la velocidad supersónica de Naka, un cambio esencial fue su cambio de repertorio con negras. Recurrió a la berlinesa y ganó ya la primera partida, en la que vimos a Niemann hacer uno de sus gestos, como si el reloj no hubiera ido bien. Lo dejó correr.
A partir de ahí, Nakamura empezó a puntuar con una ferocidad terrible. Niemann se seguía apurando y, cuando le quedaban pocos segundos, era capaz de sacar su mejor juego. Se nota que tiene instinto y que aguanta de forma increíble cuando le quedan entre dos y cuatro segundos, pero contra su rival de ayer no era suficiente. En la partida 12 el marcador ya era de 7,5 a 4,5, después de que el jugador nacido en Japón se salvara otra vez de milagro. Ni siquiera podía disimilar su sonrisa. «Mil y una vidas tiene el tío. Es un genio», decía Miguel Santos.
Puzles en los descansos
Otra diferencia clave fue lo fácil que ganaba Nakamura cuando se quedaba mejor y lo que le costaba a Niemann rematar. En el descanso, con su enemigo ausente, lo vimos trastear en el ordenador, lo que dio pie a más de una broma de los aficionados. Los comentaristas en español especularon con la posibilidad de que estuviera resolviendo problemas. Luego Hikaru lo confirmó y dijo que había batido su récord personal, con 60. «Creo que eso está grabado, así que querré ese metraje. Hablo de lo viejo que soy, pero luego consigo un 60, que es el mejor récord de todos los tiempos en descanso de un Speed Chess», comentó con humor. Luego volvemos sobre sus palabras.
Lo que sigue, en realidad, fue una sucesión cruel de victorias de Nakamura. Cuando llegaron al nuevo descanso, la diferencia ya era de cuatro puntos. Especialmente dramático fue el final de torre y peón que se deja ganar, «el que se enseña en la primera clase de finales», según David Martínez. Él y Santos comentan los dos «robos animales» que acaban de presenciar. Niemann podría ser un genio, pero a veces le fallan los fundamentos. «Igual está colapsando por la tensión», concede El Divis. «Ha hablado mucho y puede sentir que tiene que demostrar algo», explica Miguelito.
Críticas de Kramnik a Nakamura
Cuando la diferencia ya es de seis puntos, Nakamura estaba en su salsa, meneando la cabeza y muy metido en el juego del ratón y el gato. Le faltó hacer uno de los bailecitos de Faustino Oro. En las partidas bala asistimos al desmoronamiento de Niemann, incapaz de controlar la frustración. Alguien recordó el tuit de Kramnik antes de este duelo: «Por supuesto, Nakamura y los afiliados no pueden perder hoy, así que veamos qué se guardan en los bolsillos si sale mal esta noche». El 21-9 final no respalda las tesis ni las acusaciones del excampeón del mundo, que llegó a recurrir al FBI. Pese a todo, hoy estuvo más moderado y habló del declive de su enemigo, sin valorar si este resultado le hacía reconsiderar sus sospechas.
Kramnik critica el juego «mediocre» de Naka en la primera fase y luego arguye: «La experiencia no puede enseñar, solo aprender». «Niemann, después de un par de partidas dolorosas que regaló, no pudo evitar bajar su nivel y control emocional. Fue un juego mediocre en general. Hikaru logró ganar contra un oponente no tan inferior, y para esto sirve la experiencia. Él aparenta que sigue siendo absolutamente el mejor jugador de blitz, que lo era, pero ya, porque la edad está empezando a hablar por sí misma. Ambos jugadores se beneficiaron de la experiencia de ayer. Este formato requiere control emocional al principio y para Hans, joven e inexperto, fue una gran lección. Para Hikaru, una gran oportunidad». Sorprendentemente, al menos en esto su enemigo le dio la razón.
Nakamura: «El tiempo se acaba para nosotros»
Después del duelo, el primero en acudir al estudio de Chess.com fue el ganador, que contradijo a Carlsen sobre los progresos de Niemann en los dos últimos años y se mostró reflexivo y triste sobre su propio envejecimiento: «Honestamente, después de haber jugado contra Hans en un blitz hace un par de años, pensé que jugó mucho mejor entonces que hoy. En el ajedrez clásico, probablemente sea cierto, pero definitivamente no sentí que Hans estuviera jugando bien hoy».
Nakamura a hablar sobre el relevo generacional: «Hay bastantes jóvenes que avanzan sigilosamente. Creo que Magnus probablemente todavía esté por delante, pero ya sea Alireza, Gukesh o Arjun, creo que el tiempo se acaba para los que hemos estado aquí durante mucho tiempo. Por mi parte, pensé bastante en ello durante este encuentro, porque ayer simplemente me quedé destruido. En cierto modo me recordó cuando era más joven y yo era el tipo que podía moverse muy rápido en un tiempo limitado, jugar muy bien y causar problemas a la generación anterior. Creo que a Magnus le quedan un par de años más. Para mí, ya veremos cuánto tiempo sigo jugando».
También le preguntaron sobre Kramnik y él no se escondió: «Está muy claro que lo que dice es una completa tontería. Tiene deseos de venganza contra Chess.com y contra mí. No tengo ninguna duda. Pero la mayoría de la gente ve la verdad y es una pena que haya perdido la cabeza. También diría que puede ser muy difícil seguir adelante una vez que ha pasado tu mejor momento, cuando ya no eres relevante».
Sobre su futuro, menos competitivo, aclaró que probablemente jugará un duelo contra Faustino Oro en el futuro cercano. «Siento que es una de esas cosas que todavía puedo hacer para contribuir y ayudar a las personas que eventualmente serán mucho mejores que yo», declaró.
Por último, Hikaru habló sobre Firouzja y sus opciones contra Carlsen: «Le fue fatal en el Candidatos y seguro que él lo ve como un fracaso, pero en los eventos donde hay menos presión ha jugado muy bien. Ayer lo hizo muy bien contra mí. Entre los jóvenes, es el que todavía tiene mayor potencial, así que sus partidas contra Carlsen debería ser muy emocionantes. Firouzja es el único joven que es extremadamente bueno en partidas bala. Ha jugado muchas online, lo que sin duda le ha ayudado».
Nakamura volvió a mencionar sus planes futuros antes de terminar la entrevista: «Si miro las partidas de ayer o de hoy, sinceramente no encuentro mucha motivación para prepararme. Me preparé un poco, pero no mucho. Siento que realmente no puedo hacerlo o no encuentro la motivación, no es divertido. Probablemente no voy a seguir adelante, es lo que le diría a todas las personas que piensan que simplemente estoy inventando cosas. Pero al menos en ajedrez clásico creo que todavía me queda un poco de gasolina en el tanque».
Niemann: «Fue una buena lección»
No menos interesante fue la entrevista con Hans Niemann, que de entrada puso la pequeña excusa de que había jugado muy poco blitz por internet en los últimos tiempos. «En los enfrentamientos contra Maxime y Wesley simplemente improvisé por completo, porque viajaba sin parar». Contra Carlsen y Nakamura no fue suficiente y admite la lección, pero su ego sigue intacto, al menos si nos creemos sus palabras:
«No me sentí posicional o estratégicamente inferior, no creo que lo fuera, pero mi gestión del tiempo fue muy pobre y ambos eran muy muy buenos castigando en posiciones simples, cuando tenía presión de tiempo. Obviamente, era la primera vez que jugaba contra ellos, así que realmente no sabía qué esperar, ciertamente fue una buena lección».
Sus quejas técnicas fueron muy leves, por otro lado, y no se aferró a ellas: «Creo que no siento ninguna diferencia importante al jugar en el ordenador, aunque obviamente hubo una especie de retrasos y algunos contratiempos que distrajeron un poco, pero en general creo que es agradable jugar frente a los aficionados». ¿Qué salió mal? «No había ningún tipo de consistencia y estabilidad en mi juego, así que mi confianza, ya sabes.. En mis duelos anteriores nunca estuve por detrás. Contra Vachier-Lagrave fui abajo por un punto. Ese fue el margen más grande, y contra Wesley So tuve el control todo el tiempo (…) Si no lo has experimentado antes, supone un cambio de mentalidad muy difícil, porque en esos dos duelos todo fluyó y en cada momento sentí que los estaba superando».
«No puedes dejar de dudar de ti mismo si las cosas van mal. El comienzo es crucial, así que diría que no tuve la suficiente experiencia, obviamente, contra dos jugadores de su calibre», añade Hans Niemann, que practica un divertido baile psicológico para tratar de aprender sin por ello sentirse peor que nadie: «Creo que su principal fortaleza es, por supuesto, la experiencia. Dominar durante tanto tiempo se nota. Todo se reduce a los pequeños detalles, ni siquiera estoy hablando de ajedrez, como la gestión del tiempo».
«En una comprensión puramente posicional, estratégica, en ese nivel no me siento inferior», insiste Niemann. «Creo que tengo mucha menos experiencia, lo que puede hacer que me tome más tiempo entender ciertas cosas, pero soy más joven y más agudo en ciertos aspectos, así que el punto principal es que, para alcanzar su nivel, hay más trabajo de apertura por hacer».
«Estoy deseando que llegue el próximo año. Solo tengo 21 y mi principal objeción contra mis críticos en en el mundo del ajedrez es que simplemente quiero tener la oportunidad de jugar. Me alegro de haberme clasificado y de haber podido jugar. No estoy pidiendo un trato especial, lo único que quiero es la oportunidad de demostrar mi valía y aprecio las lecciones que he aprendido. Puede que no sea la persona más respetuosa, pero creo que es hora de dejar eso en el pasado y dejar que el ajedrez hable por sí mismo».
Confianza «delirante» en sí mismo
A Niemann no lo sueltan, sin embargo, y le siguen haciendo preguntas muy agudas: «Prácticamente garantizaste una victoria contra Magnus. ¿Dirías que subestimaste su fuerza? ¿admitirías que te diera algunas clases si tuvieras la oportunidad?
«Creo que no puedes ver así a tus competidores, verlos de esa manera superior, incluso si pueden ser mejores que tú. No puedes pensar así, porque necesitas tener una confianza extrema en tu habilidad. Cualquiera que haya competido a un alto nivel entenderá que tienes que tener esa creencia delirante en ti mismo, como algunas personas podrían llamarla. Cuando yo era maestro internacional de 2460, le dije a un grupo de grandes maestros que iba a llegar a 2600 en un año, y todos y cada uno de ellos se rieron de mí».
«Mi creencia en mí mismo es controvertida, lo veo como una necesidad para el éxito. Y sobre mi relación con ellos, no soy el agresor aquí, solo soy una especie de inocente espectador de todo lo que pasó lamentablemente. Pero sorprendentemente recibí una invitación para el circuito de Freestyle Chess un día antes de que comenzara este torneo y tal vez eso sea una oferta de paz o tal vez tuvieron que invitarme. Espero que esto signifique que dejan de evitarme directamente, que Magnus e Hikaru le digan a los organizadores: no tenemos ningún problema en competir contra él, creemos que es uno de los mejores del mundo. Eso es todo lo que hay que hacer y espero que mi invitación al circuito de Freestyle sea una señal, pero no creo que pueda participar en un campo de entrenamiento con él».
Para terminar, Niemann habla sobre Kramnik, que primero lo acusó y luego lo adoptó. El americano tiene que hacer equilibrios para sortear la pregunta, pero aporta cosas interesantes: «Reaccioné a su vídeo con diplomacia y con respeto, y después de asistir a un campo de entrenamiento en Ginebra, él ha sido un gran mentor y una ayuda, pero en términos de sus acusaciones de trampas, probablemente soy la última persona en acusar a alguien. Soy el menos paranoico de todos, porque nunca me imagino haciendo nada, así que asumo que nadie más lo haría. La gente podría encontrar esto irónico, pero esa es la realidad».
«Obviamente, no estoy de acuerdo con ciertas acusaciones», añade, «no tengo ningún interés en continuar con conflictos innecesarios con las grandes organizaciones de ajedrez. La gente tiene opiniones y ciertas cosas van demasiado lejos, pero él tiene derecho. Desafortunadamente, hay muchos otros jugadores que también acusan falsamente y no creo que se les haya aplicado el mismo estándar. Acabo de perder contra Hikaru y le tengo mucho respeto, pero ha hecho muchas acusaciones falsas y debería ser sometido al mismo estándar que Kramnik. Nadie debería acusar sin pruebas, porque es muy dañino».
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor