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El estadounidense va segundo en el campeonato de Estados Unidos, después de cuatro partidas llenas de alternativas
El ajedrez y la hipnosis guardan una larga relación. A Tal le acusaban de hipnotizar a sus rivales. Fischer vio cómo le desmontaban la silla islandesa en busca de algún método menos etéreo para controlar la mente de Spassky y hay quien dice que el ruso dominó así a Korchnoi, que se presentó a jugar un día con gafas de sol contra Karpov. El propio Spassky contó en Bilbao hace años que una vez sintió una fuerza invisible que impedía a su mano ejecutar la jugada que sabía buena. Viktor el Terrible no cree siquiera que sean prácticas del pasado y sostenía que Carlsen puede leer la mente de sus rivales.
Dicho esto desde el mayor escepticismo, lo que está haciendo Hans Niemann en el Campeonato de Estados Unidos es de lo más interesante. En casi todas sus partidas hay grandes vaivenes y oportunidades perdidas, nada que no ocurra cientos de veces a diario, por otro lado. Esta vez no necesita jugadas increíbles para ganar, sino que se ha aprovechado de errores difíciles de comprender de sus rivales. No es fácil mantener la calma cuando el mundo entero te ve jugar contra un ajedrecista que vive instalado, y muy a gusto, en el ojo del huracán.
Niemann también podría hacer como Lasker, si la anécdota es cierta, y colocar un pitillo (o cualquier dispositivo sospechoso) sobre la mesa de juego. Se cuenta, y perdón por la digresión, que Nimzovich fue desequilibrado de ese modo. El de Riga se quejó porque el campeón del mundo había sacado uno de sus famosos cigarros durante la partida. Cuando le replicaron que no estaba encendido, empleó como argumento un axioma conocido: «En ajedrez, la amenaza es peor que la ejecución».
Los vaivenes de Niemannn
De cualquier modo, repasemos la trayectoria de Niemann en el campeonato estadounidense. Va segundo, a medio punto de Fabiano Caruana, quien como casi siempre es el gran favorito. Hans Moke, por cierto, viene de fracasar en el Mundial Juvenil, donde solo pudo ser octavo frente a rivales muy inferiores a los que se está encontrando en San Luis. En el club más famoso del mundo, que acaba de reconocer que no se portaron del todo bien, Niemann lleva dos victorias y unas tablas en cuatro partidas.
En la clasificación inicial teórica, el polémico ajedrecista tiene a otros seis rivales por delante, pero si hay algo que le gusta es crecerse en la adversidad. Repasemos sus partidas:
En la primera partida, contra Dariusz Swiercz, Niemann sacrifica la calidad a cambio de un fuerte ataque, pero luego se vuelve tímido (muy apurado de reloj) y deja escapar su ventaja. Cuando hace tablas por repetición, ya es él quien lucha por el empate.
En la segunda partida, Samuel Sevian, con blancas, domina pero yerra en los momentos decisivos. Luego pierde la calma cuando su rival contraataca y, cuando tenía varias formas de hacer tablas, sacrifica un caballo sin necesidad y luego no atina con la defensa correcta, que aún permitía el empate. Como curiosidad, en la jugada 39, Niemann estuvo a punto de jugar un movimiento perdedor, pero cuando solo le quedaba un segundo cambió de opinión y se salvó. Sevian, un caballero, permitió que le dieran el mate final. Seguro que también pesó el recuerdo del día que decapitó al rey de Niemann. Este, no tan deportivo, volvió a escribir en X su frase favorita cuando las cosas van bien: «El ajedrez ha hablado».
La tercera partida es una lección de Sam Shankland, un brillantísimo jugador joven que no se deja impresionar fácilmente y gana una larga partida de maniobras y amagos de repetición. Niemann consigue una posición de lo más sana, en una italiana, pero luego se va dejando dominar, hasta que hace una jugada de máquina, pero de las de café. Su Rh1, asustado por los caballos enemigos, no evita el golpe táctico con el que su rival consigue pronto dos peones de ventaja.
En la cuarta partida, Niemann se recupera a costa del jovencísimo Abhi’ Mishra, el GM más precoz de la historia. En la jugada 25, la igualdad es total. Cinco movimientos después, Mishra empieza a perder el norte y se autoclava el alfil dos veces, cuando ya tenía problemas, con lo que acelera la derrota.
Después de la jornada de descanso, Niemann juega hoy con Aronian, que lleva cuatro tablas. Caruana debería tener una oportunidad de distanciarse, aunque llevará las negras, contra el jugador en teoría más débil del campeonato, Andrew Tang.
Fotos: Lennart Ootes