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El número uno conversa con Danny Rensch y el jugador de disc golf Paul Macbeth. Confiesa sus momentos de escasa motivación, pero luego disipa los temores sobre una retirada prematura
Aunque sea una entrevista sindicada, fruto de los acuerdos entre Magnus Carlsen y Chess.com, no por ello es menos interesante. El número uno del ajedrez mundial y el jugador de disc golf (o frisbee golf) Paul Mcbeth conversan con Danny Rensch, uno de los máximos directivos de la plataforma. Lo mejor, como suele suceder con el noruego, es la libertad con la que se expresa, sin importarle lo que opinen los demás. También aprendemos que puede ser veleidoso y que, aunque es fácil titular sus intervenciones con frases contundentes, tampoco debemos tomarnos todo al pie de la letra.
Un ejemplo de lo que dice Magnus, que resume lo anterior, y que Chess.com elige como cebo: «La motivación viene y va», afirma el gran maestro, que no es la primera vez que coquetea con una retirada en lo alto de la cima. «La semana pasada jugué un torneo en el que estaba preparado para renunciar al ajedrez por completo y al final mi pensamiento fue: «Me encanta este juego y quiero jugar para siempre»». Hace poco, Carlsen hablaba con Guardiola en otra charla amable, un formato que tiene muchas ventajas: no hay preguntas incómodas y puede salir incluso rentable, como era el caso. Este es el vídeo de la última conversación.
La entrevista tiene lugar en el campo de golf Olympus Disc, en Florida, donde tiene lugar un torneo amistoso de exhibición, en el que participa Carlsen. Magnus cuenta cuál fue el momento en que su afición al ajedrez empezó a transformarse en algo más serio. «El ajedrez sigue siendo una afición para mí, además de una pasión y trabajo. En algún momento de mi adolescencia, como en los primeros años, me di cuenta de que podía ser muy bueno en esto y empecé a pensar en dedicarme al ajedrez y ser profesional. Supongo que finalmente lo decidí cuando tenía 16 años».
A Carlsen también le preguntan por su mayor sacrificio (y no se refieren a una entrega de dama… ¿o sí?): «Nunca sentí que tuviera que sacrificar demasiado. Supongo que los viajes son el mayor sacrificio, como el tiempo que puedo pasar en casa, pero nunca lo he sentido así. Ha sido algo que quería hacer. Además, con el tiempo, me he vuelto un poco más exigente con los torneos que juego, por lo que viajo un poco menos en algunos periodos. Siento que he sido muy privilegiado y afortunado en general».
¿Por qué Carlsen es mejor que sus rivales? «Supongo que todos tienen más o menos las mismas herramientas para jugar. Creo que mi toma de decisiones es un poco mejor, pero no estoy completamente seguro de por qué. Mis evaluaciones suelen ser un poco mejores. Eso viene con la experiencia, la intuición, pero no puedo decir exactamente qué es lo que hago un poco mejor. Siento que mi juego es decente en todos los aspectos y la mayoría tienen al menos una fase del juego en la que no son tan buenos».
Incluso Carlsen tiene miedos irracionales
El número uno también comenta algunos aspectos interesantes sobre la elección de aperturas: «En ajedrez quieres un riesgo mínimo y una recompensa máxima, pero no siempre es tan fácil. Hay aperturas que sé que son buenas, pero me llevan a un tipo de posición en la que he fallado antes y puede convertirse en un miedo irracional. A veces me he mantenido alejado de esas aperturas, a pesar de que sé que objetivamente son buenas, porque tengo este miedo irracional. Así que, en lugar de solucionar el problema, solo trato de evitarlo».
Luego está la tentación de jugar para la galería, que a Carlsen, de nuevo inmune a las opiniones ajenas, le afecta muy poco, como confirma enseguida: «Soy muy pragmático cuando se trata de ajedrez. Al menos, en los torneos que realmente me importan, hago todo lo posible para maximizar los resultados. Desafortunadamente, soy justo lo opuesto a alguien que quiere complacer al público».
«Voy a seguir al menos unos años más»
¿Tiene Magnus Carlsen supersticiones? El noruego solo habla de las típicas rutinas de los ajedrecistas para mantener su mente y su respiración bajo control. «Cada vez que estoy bajo presión, intento concentrarme un poco en mi respiración. Si eso no funciona, probablemente esté demasiado cansado o emocionado para jugar bien de todos modos. Algunas cosas las haces de manera subconsciente. A veces estoy sentado ante el tablero y siento que, de repente, tengo que tomar una decisión casi inconsciente, pero por lo general es más o menos el final de un proceso, aunque no es igual cada vez».
Carlsen termina hablando de la cuerda que le queda, al menos mientras se sienta capaz de ganar. «Dije que mi motivación viene y va, pero básicamente todavía me encanta jugar. Voy a seguir durante al menos unos años más. Si me presento a un torneo para acabar décimo, ¿para qué lo hago, por qué aparecer?». Por suerte para el ajedrez, todavía está muy lejos de poder quedar décimo en cualquier torneo.