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La pequeña ajedrecista india, procedente de Cachemira, ganó en Yeda el premio a la participante más joven
La precocidad de los ajedrecistas empieza a dar miedo. Si a los ocho años son ‘pequeños asesinos’ capaces de ganar a un gran maestro, ¿a qué edad empiezan a competir? En Yeda (Arabia Saudita) conocí a Hoor Fatima, de cuatro años, que participa en torneos desde los tres. Sus padres, el doctor Bilal Ahmad y Salma Ashai, son capaces de recorrer miles de kilómetros para que la minijugadora crezca dentro y fuera del tablero.
Hoor Fátima y su familia residen en Baréin, pero son originarios de Cachemira (India). En Yeda, Hoor Fatima consiguió un punto y quedó en tercera posición entre los nacidos a partir de 2016, en un torneo en el que competían más de 50 jugadores. Ganó otra chica, contra pronóstico, la jugadora de 14 años Alserkal Rouda Essa. Pero como dice el padre de Hoor, con espíritu olímpico, lo importante para ella es participar. Entre sus éxitos, sin embargo, destaca un premio en el II Abierto Internacional de Cachemira, otra competición válida para Elo FIDE celebrada en junio del año pasado en su ciudad natal.
Los padres de Hoor Fatima también son unos apasionados del ajedrez y creen firmemente en las bondades de este juego para forjar la personalidad de su hija, que ya está acostumbrada a aparecer en los medios de comunicación. De forma invariable, los periodistas reparan en la insólita juventud de la ajedrecista, tan fotogénica como difícil de atrapar por la cámara, porque mueve los ojos a una velocidad solo superada por Marujita Díaz.
La pequeña ajedrecista aguanta sentada casi toda la partida, al contrario que otros chicos mayores que ella, aunque a veces le cuesta mantener la concentración sobe lo que ocurre en el tablero. Seguramente son partidas un poco largas para ella, que sin embargo no se queja y llega animada a cada ronda del torneo.
Imágenes de Hoor Fatima en Yeda
Dejo unas pocas fotos de la precoz jugadora, a la que espero ver en grandes torneos en el futuro.
«Alentar a los niños a practicar juegos como el ajedrez no solo ayuda a desarrollar sus habilidades mentales y analíticas, sino que también inculca valores importantes, como la paciencia, la perseverancia y la disciplina, que pueden usar en todos las facetas de la vida», asegura el doctor Bilal.
«Es importante dejar que los niños exploren sus pasiones y descubran sus talentos. No deberíamos forzarles a seguir nuestras decisiones. En su lugar, deberíamos animarlos a perseguir lo que aman, porque ahí es cuando realmente sobresalen», añade el padre de la chiquilla. En unos años comprobaremos si el ajedrez sigue siendo la pasión de Hoor Fatima y hasta dónde llega su talento.
En la imagen de arriba, Hoor Fatima posa con el trofeo al jugador más joven. Foto: FMB / Damas y Reyes
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