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El GM estadounidense desvela que fue multado con 5.000 dólares por sus destrozos en un hotel, pero no entiende por qué el club de San Luis lo mantiene en la lista negra
El proceso de razonamiento de Hans Niemann es original, eso hay que reconocérselo. Lo peor es que no es el único ajedrecista joven que se cree una estrella de rock. El GM estadounidense sigue aireando sus disputas con el club de San Luis, al que reprocha que lo mantenga en una especie de lista negra. Niemann reconoce que causó destrozos en un hotel durante uno de sus torneos, pero cree que sus actos estaban justificados por los disgustos sufridos en el tablero. También ‘argumenta’ que, como pagó 5.000 dólares por los daños, tienen la obligación de volverlo a invitar.
He defendido aquí a Niemann cuando Carlsen lo acusó sin pruebas, a pesar de varias circunstancias que juegan contra él: los indicios no le favorecen, tiene antecedentes como tramposo que él mismo ha reconocido, su comportamiento en general casi nunca es amable y su nivel de engreimiento es digno de un campeón del mundo, cuando ni siquiera está en disposición de soñar con el título.
En todo caso, hay que valorar también su tenacidad. Sabe que el club de San Luis es clave para participar en algunos de los mejores torneos en Estados Unidos y sigue intentando recuperar el diálogo con sus responsables, aunque sea de forma equivocada: aireando sus diferencias y llamando hipócritas a sus responsables.
Niemann pide transparencia
El americano ataca por tierra y por aire, con cartas y mensajes escritos, pero también con algún vídeo, como este, en el que pregunta por qué lo han vetado, pide al club que haga públicas todas sus comunicaciones con el hotel Chase Park Plaza, pregunta por qué no lo invitan a los torneos y reclama que se desvelen los nombres de todos los jugadores que alguna vez han causado daños en establecimientos similares, así como los castigos que sufrieron. Debe de pensar que es algo habitual.
Los textos de Niemann son además demasiado largos. Intenta resolver disputas privadas de una manera ineficiente y es incapaz de ponerse en la piel del otro, algo indispensable para jugar bien al ajedrez. También reconoce que faltó a otras obligaciones contractuales, pero que no es tan grave ni es el único: «Me gustaría que dieran a conocer los nombres de todos los jugadores que se negaron a una entrevista después de una partida decepcionante. Veamos si todos están siendo tratados por igual».
«Pagué los daños»: principal argumento
Niemann también cree que al ‘arreglar’ las cosas con el hotel, pagando en dinero y en disculpas, el club de San Luis no debería castigarlo: «Cuando dejé el hotel, inmediatamente reconocí mi error y le di a la recepción mi tarjeta de crédito para pagar los imprevistos. Les dije que después de una partida difícil, me rayé y les dije que me cobraran lo que fuera necesario en mi tarjeta de crédito». Hans Moke cree que la multa es «probablemente diez veces el valor de los daños causados».
Lo peor de todo es que las palabras de Niemann no huelen nunca a disculpa verdadera. Así termina su carta: «Desafortunadamente, este es un problema muy complejo con mucho contexto que debe tenerse en cuenta (…). Espero que esta situación se resuelva y pueda volver a competir regularmente en el club de San Luis y en tros torneos importantes de todo el mundo. Me he puesto en contacto con el club de nuevo y espero que podamos discutir todo de forma abierta y honesta».
La foto de Hans Niemann es de Maria Emelianova y corresponde al Gran Suizo de la FIDE
Gracias por el comentario, Spuk. En mi opinión, todo lo que tiene que hacer es centrarse en jugar y dejar las tonterías. Las invitaciones vendrán solas.
Yo estoy con él. Le he visto en los streamings y sí ha dicho que lo siente, muestra arrepentimiento, pero también es consciente de que el daño está hecho y no puede más que mirar adelante.
Ojalá todo se pueda arreglar.