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El gran maestro nacido en Perú confiesa que le afecta bastante todo lo que se publica en las redes y asegura que apostaría por sí mismo en el duelo contra el ruso, «pero con prudencia»

Ya habrá tiempo de hacer crónicas de todo lo ocurrido y de explicar las sensaciones que produjo ver juntos por primera vez a Vladimir Kramnik y a José Martínez. En Casino Gran Vía, sede inusual de un enfrentamiento deportivo de este tipo, se vivió en la víspera una atmósfera especial. El encuentro entre ambos fue más amistoso de lo que algunos podían imaginar. En Madrid, el gran maestro señalado por el ruso intentará demostrarle al mundo y a sí mismo que está a la altura del excampeón. El duelo, impulsado por David Martínez y coorganizado por Pepe Cuenca y Levy Rozman, se juega en Madrid desde este viernes y hasta el domingo, con partidas de 3+2 (tres minutos y dos segundos de incremento por jugada).

Es un cambio sustancial, como han apuntado muchos, respecto al 3+1 en el que se disputan los Titled Tuesday en Chess.com. Es solo un segundo de diferencia por jugada, pero muchos expertos creen que eso convierte a Kramnik en favorito, mientras que un ritmo más rápido favorecería a Jospem. Pese a su importancia, el jugador hispanoamericano asegura que solo quería jugar y que no puso ninguna condición, al contrario que su rival, que para participar en el llamado ‘Clash of Claims’ exigió una serie de requisitos, como estrenar dos ordenadores cada día para las partidas online. Serán 36 partidas en total, la mitad sobre el tablero y la otra mitad en dos portátiles, con los jugadores todavía en la misma sala, frente a frente.

Sin más preámbulos, conozcamos las impresiones de José Martínez. La entrevista está hecha con la colaboración de Manuel Azuaga.

¿Qué expectativas tienes en este duelo contra Kramnik? 

Yo llevo ganando seis partidas seguidas online contra él. Ha estado jugando muchas cosas que me han permitido hacer partidas complicadas, pero si se pone a jugar la famosa Berlinesa, estará complicado. Me he preparado, claramente, pero si un gran maestro de su nivel juega sólido, a no perder… es muy difícil ganarle, la verdad. Será muy complicado. Vamos a ver qué tipo de enfoque tiene. 

Cuando grabaste el documental para Chess.com, ¿hasta dónde te vigilaron? 

Hasta que terminó, me seguían incluso cuando paraba en los descansos. Me seguían a todas partes, como en un ‘reality show’. Y aparte de mi cámara, también había otras dos cámaras por detrás. Se sentaban ahí y estaban todo el tiempo, mirándome. 

«Aunque no me crean, este es un ‘match’ para demostrarme a mí mismo que soy capaz»

José Martínez

¿Te has preparado mucho de forma especial?

Estuve una semana con un gran maestro… puedo decir el nombre: Carlos Albornoz. Me lo traje a Cancún desde Cuba, para preparar una semana, muchas cosas diferentes. Fueron cuatro o cinco horas al día, tampoco estoy acostumbrado a estudiar tanto.

¿Por qué juegas este duelo? ¿Tienes algo que demostrar?

Intento demostrarme a mí mismo que puedo lograr estas cosas y lograrlas bajo presión, en el tablero. Hace tiempo que no juego blitz en el tablero a este nivel. Y también lo hago por toda la gente que me apoya. Aquí no se demuestra nada en el tema de que si hago o no hago, si hice o no hice. Aunque no me crean, este es un ‘match’ para demostrarme a mí mismo que soy capaz.

¿Hasta qué punto crees que Kramnik pueda tener razón en su evaluación general sobre las trampas, pero simplemente se equivoca contigo? 

Creo que todos estamos de acuerdo en eso, que en algún punto, no sé en qué porcentaje, hay trampas. Claro que Kramnik empieza a acusar hasta Hikaru [Nakamura] y ahí ya se va… no tiene ningún sentido eso. Está acusando casi a cualquiera. Obviamente, sí tiene un poco de razón, pero es un 20 o un 10 por ciento. Lo otro ya no tiene tanto sentido. 

¿Hay algún resultado aquí que pudiera demostrar algo, en un sentido o el otro? 

Un 30-6 demostraría que ando en muy mala forma o que él anda en muy mala forma, para quien fuera. 

Pero nada sobre las trampas… 

Yo creo que ya se ha demostrado que en el tablero yo juego bien. Por algo he llegado a 2700, he jugado con gente muy dura, como Aronian. En el torneo en que quedé tercero en Estados Unidos jugué un ajedrez pésimo y eso demuestra muchas cosas. Estuvo todo San Luis: Leinier, Caruana, Aronian, Wesley So… todos los mejores de Estados Unidos que juegan por ahí. Jugué muy mal, le gané con mucha suerte a Shankland y aún así quedé tercero. La pregunta es simple, como cuando quedé segundo grabándome. Si juego mal y quedo tercero, imagínate si juego mejor y tengo un poco de suerte. 

¿Qué sientes hacia Kramnik? Es una mezcla de cosas, seguro. 

En un momento… su forma de hablar me parece muy graciosa, es muy cómico su sarcasmo. Yo no siento ninguna agresividad de él hacia mí. Dice las cosas con respeto, casi siempre. Si lo dice con respeto… Yo a él le he hablado con respeto siempre cuando me he referido a él. Entonces, claro que me intimida o me incomoda un poco. Más que eso, no.

José Martínez y las redes sociales

¿Hasta qué punto estás pendiente de lo que se dice en redes? ¿Cuánto te afecta? ¿Cómo lo gestionas? 

Cuando me clasifiqué a la división 1 y Nepo puso el tuit, sí me afectó mucho. Al ver las redes, de repente, pensé: creo que voy a tener que apagar las redes. Si me va bien, de repente, me pongo a verlas, hay más ánimo. Si me va mal, pues obviamente las apago. Va a estar difícil, porque yo estoy muy metido ahí. No es fácil salir. Lo noto, como la mayoría de las personas. 

¿Cuánto tardaste en decirle que sí al Divis? 

Creo que un día después. Primero dije medio no y luego pensé, va. En México me hablaron, no tienes nada que perder, entre comillas. Tienes una oportunidad para ir allá y jugar con él. Me convencieron, tampoco tuve que cambiar mucho. Lo pensé mejor y dije: mejor vamos a jugar. 

Salvo un paseo militar, un 30-6 que decías, ¿cuál es tu resultado mínimo, el umbral en el que tú sales contento de aquí?

Ganando por Armagedón. Si me gana bien las partidas, bueno, pero si pierdo alguna por un nerviosismo, no me gustaría verme así. 

¿Apostarías por ti mismo? 

Yo creo que sí, pero con prudencia. 

De algún modo, Kramnik te ha hecho famoso y ha subido tu chaché. ¿Hay un punto entre el odio y el agradecimiento? 

Es raro, porque a mí no me gustan mucho las cámaras, pero sí acepto que esto es en parte entretenimiento, un show, y estoy en eso, ¿no? Lo estoy apoyando. Al final es una idea distinta, más que demostrar algo. Es una idea de hacer crecer el ajedrez de cierta manera, exponerlo, darle más importancia. Odio no hay, ni agradecimiento. Hay respeto hacia su persona como ajedrecista. 

Hablando de formatos nuevos como este organizado por el Divis, ¿el ajedrez debe seguir este camino, con más espectáculo del que estamos habituados? 

A la innovación, sí. Tiene que innovar, porque la rutina lo mata todo al final. La rutina mata cualquier cosa. Hay que innovar, porque si no el ajedrez se estanca. Si la gente quiere seguir, vivir mejor de esto, cobrar mejor todos, no puede quedarse en lo mismo. Mucha gente ya no juega ajedrez competitivo y cada vez menos van a jugar ajedrez competitivo. Eso se nota.