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La dureza del torneo es extrema, pero a falta de cinco rondas hay tiempo para conseguir un buen resultado. Caruana y Nakamura son dos de los ocho líderes
En un torneo suizo, después de una derrota sueles tener un rival más fácil, pero en Isla de Man el nivel es tan alto que, si no estás en perfecta forma, cada jornada puede ser un infierno. Los españoles lo están sufriendo en el Gran Suizo de la FIDE, aunque quedan cinco rondas y ya hemos podido ver algún síntoma de recuperación.
Sin Magnus Carlsen ni Ding Liren, número uno y campeón del mundo, decíamos en la inauguración que los favoritos son Fabiano Caruana, Hikaru Nakamura, Alireza Firouzja y algún otro. Queda mucha tela por cortar (casi la mitad), pero después de seis rondas hay ocho líderes empatados a cuatro puntos y medio: los dos estadounidenses citados (Nara y Fabi), dos indios (Erigaisi y Vidit), el uzbeko Javokhir Sindarov, el ruso Andrey Esipenko y el polaco Radoslaw Wojtaszek.
Del resto de favoritos, Firouzja está a medio punto, con 4, mientras que Niemann lleva 3,5, como Giri, Duda, Rapport, Abdusattorov, Shankland y un larguísimo etcétera. Aprovechemos para hablar ya de los españoles, porque también con tres y medio marchan Alexei Shirov y David Antón.
Comienzo brutal para Ana Matnadze
En primer lugar, me gustaría contar cómo ha sido la marcha de Ana Matnadze, nuestra única representante en el torneo femenino. La española empezó contra un coco, la rusa Aleksandra Goryachkina. En un duelo lleno de alternativas, ambas tuvieron la partida ganada, lo que siempre deja el cuerpo revuelto a las dos ajedrecistas.
De segundo plato, a Ana le tocó Mariya Muzychuk, contra la que no jugó bien. Como consuelo, ya había jugado contra las número uno y tres del torneo. Ya no podría ser peor, pero en la tercera ronda no pudo pasar del empate contra la rumana Mihaela Sandu y en la cuarta perdió contra Deisy Cori, que demostró un nivel excelente. La peruana está jugando a un gran nivel y es la mejor hispanohablante del torneo, hasta la fecha.
Y como decía al principio, en el Gran Suizo una derrota no te garantiza un enemigo más débil. A Matnadze le tocó entonces la armenia Elina Danielian, contra la que una derrota no es ninguna sorpresa. La irlandesa Trisha Kanyamarala pagó los platos rotos en la sexta ronda. Ana solo lleva dos puntos, pero si mantiene la calma todavía puede quedar en un puesto digno.
Shirov, el mejor español en el Gran Suizo
En el cuadro masculino (en teoría absoluto, pero no ha habido ninguna valiente), Alexei Shirov ha sido el mejor español, hasta ahora. Empezó ganando al egipcio Adham Fawzy. Empezaba entonces el baile de rivales duros. Contra el chino Yu Yangyi hizo una partida muy seria, que acabó en tablas. Le tocó entonces el uzbeko Nodirbek Abdusattorov, a quien llegó a tener contra las cuerdas. Shirov exprimió como pudo un final de damas con dos peones de más, que se le escapó después de 115 movimientos.
El disgusto le pasó factura en su tercer duelo contra un 2700. Vidit Santosh Gujrathi aprovechó la coyuntura para ganar con relativa facilidad. Los platos los pagó en la siguiente ronda el noruego Elham Amar, que tuvo que soportar la furia del español, que hizo un sacrificio de calidad estratégico, sin compensación material inmediata, que derivó en un final de partida espectacular. Os recomiendo el vídeo que grabó Michael Rahal, en el que explica de forma muy didáctica la lección magistral de Shirov.
De vuelta a la élite, Shirov se enfrentó a Richard Rapport, que ya juega bajo bandera rumana. Fueron unas tablas rápidas, después de una Pelikán del gran maestro de origen húngaro. Al español le aguarda hoy el armenio Samvel Ter-Sahakyan (2618).
David Antón, juego fino
El camino de David Antón ha sido menos espectacular, aunque no menos interesante. Empezó con una victoria ante Michal Krasenkow en la que el Niño demostró que sabe de ajedrez, porque el polaco tenía un caballo que parecía Bucéfalo, mientras que a su alfil daba penita verlo. Sin embargo, maniobró sin hacer nada especial, en apariencia, hasta que su rival se quedó perdido. Seguramente el polaco todavía está analizando la partida.
En la segunda partida, el indio Arjun Erigaisi le devolvió la lección. Antón se quedó con otro alfil tonto, este sin esperanza, y perdió en 40 jugadas. El húngaro Adam Kozak (2566) y el armenio Manuel Petrosyan (2604) le sacaron después dos tablitas sin demasiada historia, al igual que el azerbaiyano Aydin Suleymanli (2588). En la sexta, por fin, Antón logró su segunda victoria a costa del francés Marc’Andria Maurizzi, campeón del mundo juvenil, a quien le dio otra lección estratégica de altura.
Alan Pichot, pacifismo engañoso
En su primer torneo internacional como español, Pichot se estrelló en la primera curva, contra el kazajo Ramazan Zhalmakhanov, que no llega a los 2500 puntos Elo. Se recuperó enseguida, contra el alemán Dennis Wagner, al que aplicó un truco brillante, pero luego Alan se abonó a las tablas. No es tan aburrido como parece.
El primer empate fue contra Gukesh Dommaraju, que ya sabemos que da miedo. Pichot se embarcó en una línea muy arriesgada, en la que ganó la calidad a cambio de pasar bastante miedo. Devolvió el material cuando hizo falta y logró las tablas sin esfuerzo.
Su siguiente rival fue el canadiense Shawn Rodrigue-Lemieux, en teoría una posible víctima. Las máquinas certifican que el español debió ganar, pero esta vez no vio el oscuro golpe táctico que llevaba a la victoria. Contra Levon Aronian, su siguiente contrincante, volvió a repartir el punto después de un final muy meritorio, que parecía un estudio.
En su última partida le tocó el argentino Sandro Mareco, antiguo compatriota al que conoce de sobra. Pichot sacrificó un alfil en otra combinación de altura, que parecía que le daría la victoria, pero luego no siguió el mejor camino o, simplemente, el sacrificio no era tan definitivo y solo aseguraba las tablas.
Jaime Santos
El último español del grupo es el que peor lo ha pasado hasta la fecha. Perdió por sorpresa contra el MI inglés Shreyas Royal y ha tardado en recuperarse. En la segunda ronda, salvó otra bala, porque el estadounidense Abhimanyu Mishra está en racha y con ganas de convertirse en el jugador más joven de la historia en saltar por encima de los 2700.
En la tercera ronda vino un nuevo disgusto, Manuel Petrosyan, el armenio con nombre español y apellido de campeón, encontró un insólito agujero en la preparación de Jaime, que luego no anduvo fino. Su medio punto en tres partidas lo compensó luego un poco, con dos de tres: tablas sanadoras contra el ucraniano Denis Lazavik, victoria contra Krasenkow (benefactor de los españoles) y nuevo empate sin historia contra el belga Daniel Dardha. Santos sea dejado 13 puntos Elo, pero está a tiempo de recuperarlos. De entrada, le toca contra Maurizzi, otra víctima de Antón.
Iturrizaga, en horas bajas
Eduardo Iturrizaga, flamante campeón de España, es quien peor lo está pasando en la isla. Y eso que no empezó mal, con tablas sosas contra uno de los jóvenes prodigios indios, Nihal Sarin. Después, encadenó tres derrotas seguidas, un enroque largo, contra el azerí Nijat Abasov (2679), el ucraniano Maxim Matlakov (2674) y el egipcio Fawzy, una de las víctimas de Shirov. Un sacrificio sospechoso de calidad lo dejó en buena disposición para ganar, pero luego cometió errores graves en una posición compleja. Itu no acertó con el fino remate que le habría dado la victoria.
Al día siguiente, se desquitó con su primera victoria, contra Dietmar Kolbus (Isla de Man), pero luego volvió a caer contra el indio Adhiban Baskaran (2551), un tipo incómodo que encontró recursos tácticos insospechados. Iturrizaga dejó escapar incluso una segunda oportunidad que le concedió su rival y acabó perdiendo a pesar de haber tenido ventaja de material durante casi toda la partida. Hoy lo espera el brasileño Alexandr Fier, que no es ningún regalo.
En la imagen de arriba, Alexei Shirov se enfrenta a Richard Rapport. Fotos: Anna Shtourman
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