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Rusia incluye al excampeón del mundo en su lista de «terroristas y extremistas» y el Ogro de Bakú lo considera «un honor»
Garry Kasparov fue campeón del mundo durante quince años y número uno durante veinte, pero sabe lo que es perder varias guerras, todas ellas cargadas de significado. La primera contra Deep Blue, en 1997, cuando el Ogro de Bakú sucumbió en nombre de nuestra especie. La segunda cuando fue destronado por Vladimir Kramnik (ahora tan de moda) tres años después. Se estrelló contra el muro berlinés, puede que solo una casualidad más. La tercera cuando cambió de tablero, error de libro, y después de ser encarcelado tuvo que huir de la Rusia que quería cambiar.
Kasparov se enrocó en 2013 en Nueva York y permitió la victoria parcial de Putin, pero evitó que le dieran el jaque mate que han recibido otros. El precio de convertirse en mártir, sin ninguna contrapartida garantizada, era demasiado alto. En uno de sus últimos mensajes cita sin embargo una frase algo suicida de Tácito: «El deseo de seguridad va en contra de toda gran y noble empresa». No es lugar este para hablar de política, aunque el ajedrez nunca se ha alejado más de tres casillas de la cosa pública. Y que las autoridades rusas incluyan a un excampeón del mundo en su lista de «terroristas y extremistas» es un hecho que no se puede soslayar.
Kasparov lo considera «un honor», con matices: «Es un honor que dice más sobre el régimen fascista de Putin que sobre mí. Como dijo Goldwater, ¡el extremismo en la defensa de la libertad no es un vicio y la moderación en la búsqueda de la justicia no es una virtud! Pero toda oposición, o simple decencia, debe ser calificada de extremista por la dictadura».
En realidad, el autodenominado ‘hijo del cambio’ perdió varias guerras más. Primero cuando creó junto con Nigel Short la Asociación Profesional de Ajedrez (PCA), lo que provocó un cisma en la FIDE que duró trece años, entre 1993 y 2006. El británico fue luego vicepresidente de la Federación Internacional, mientras que él intentó derrocar al presidente en las elecciones de 2014, pero Kirsan Ilyumzhinov y sus extraterrestres renovaron mandato. Ni siquiera esa batalla menor le fue propicia.
En su guerra contra las mujeres, Kasparov ha logrado ser perdonado por Judit Polgar, a la que hizo trampas un mal día en Linares, cuando el VAR no tenía los reflejos suficientes. Luego la ofendió con sus afirmaciones machistas, que el tiempo ha modulado. Es posible que se arrepienta de verdad, aunque está claro que esta guerra es la que menos le ha importado.
Entrevista en 2016
No he coincidido demasiadas veces con Kasparov. Recuerdo solo cuatro. En la última ocasión, en 2016, pude entrevistarlo en Madrid y de su boca salía un torrente de frases interesantes, daba casi igual lo que le preguntaras, algunas de las cuales explican por qué hemos llegado hasta aquí. Si en algo ha sido siempre bueno es en ver las jugadas con antelación:
«Vencí a Karpov en el tablero de ajedrez, con unas reglas. En la Rusia de Putin no hay reglas, salvo que hace lo que le viene en gana. Mi experiencia en el ajedrez ayuda muy poco en Rusia. En el ajedrez hay reglas fijas y resultados impredecibles, justo lo opuesto de lo que tenemos en Rusia».
«Putin, un peligro mundial»
«Yo nunca me he considerado un político. He defendido una causa por un país. Defiendo los derechos humanos, la democracia… no necesito gloria adicional. Era un imperativo moral. Yo ya he tenido éxito en mi vida. Fracasamos, sí, pero el problema era Putin y ahora es el problema de todos, como habíamos predicho. Si no se le paran los pies, no va a parar. Nos enfrentamos a un peligro mundial».
¿Aún teme por su vida? «Vivo en Nueva York. Adivine por qué. Me incomoda esa pregunta, aunque aún más a mi mujer. Todo lo que puedo hacer es no ir a países donde sé que estoy en peligro».
Puede que Kasparov sea el mejor ajedrecista de la historia (al menos aguantó más años que Carlsen la presión), pero fuera del tablero ha sufrido más derrotas que victorias. Lo dará por bueno si la partida tantas veces aplazada contra Putin acaba cayendo de su lado.
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