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La jugadora británica fue la vencedora del primer torneo femenino y la primera mujer que ofreció una sesión de partidas simultáneas
Gracias a mi colega Stefan Löffler, descubro que ayer, 6 de febrero, habría sido el cumpleaños de Mary Rudge (1842-1919), la primera ajedrecista profesional de la historia y, salvo error u omisión, la primera mujer que ofreció una sesión de partidas simultáneas. Seguro que más de un incauto pensó qué sería pan comido ganarla. Ahora las jugadoras se quejan del trato que reciben a veces, pero lo que ocurría en el siglo XIX era otra película mucho más terrorífica.
Nacida en la localidad inglesa de Leominster, Mary Rudge (cuyo apellido significa áspero, no te lo tomes al pie de la letra) aprendió a jugar en su más tierna infancia y se convirtió en la primera mujer inglesa que pudo jugar al ajedrez de forma competitiva, lo que hizo a un alto nivel durante buena parte de su vida. Entre sus victorias, destaca el primer torneo internacional femenino, celebrado en Londres en 1897, que ofreció una jugosa bolsa de premios gracias a la generosidad de Harry Pillsbury, famoso jugador, y del barón Rothschild, aún más célebre multimillonario. Ella se llevó 60 libras esterlinas, que en aquella época era una cantidad considerable.
Ruth era la más pequeña de una familia de dos hijos y cinco hijas. Sus padres eran el cirujano Henry Rudge y su esposa Eliza, de soltera Barrett. Además de Mary, su hermana mayor, Emily (1838/9-1873), también jugaba al ajedrez. Ambas usaron los pseudónimos de Snowdon y Vesubio en sus partidas por correspondencia, modalidad de ajedrez en la que se inició Mary, y con la que podía ocultar su verdadera identidad.
Mary Rudge, estrella en Bristol
Tras la muerte de su padre, la ajedrecista se trasladó a Bristol, donde empezó a jugar de forma seria. En la ciudad costera se inscribió en el club de ajedrez local, donde las mujeres tenían la entrada vedada hasta que ella destrozó ese enroque primitivo en 1872. Allí pudo enfrentarse a dos figuras destacadas, casi míticas, Joseph Blackburne y Johannes Zukertort, aunque fuera en sesiones de simultáneas a la ciega. Me pregunto si vieron al menos que jugaban contra una mujer? En otra sesión de simultáneas, Rudge fue una de las jugadoras a las que no tuvo tiempo de rematar Lasker, aunque el campeón más longevo que ha tenido el ajedrez se adjudicó la victoria porque se evaluó su posición como preferible.
Mary Rudge formó pronto parte del equipo local en competiciones entre ciudades, con un éxito creciente. Algunos de estos enfrentamientos vienen más detallados en la Wikipedia, por si alguien quiere comprobar los resultados. En 1888, Rudge ganó la Challenge Cup del club Bristol & Clifton y un año más tarde fue cuando se convirtió en la primera mujer que ofrecía una sesión de partidas simultáneas. No consta el dato, pero muy probablemente todos sus rivales eran caballeros. Y quizá alguno perdió tal condición por palabra, hecho u omisión.
Veamos una partida de Mary Rudge ante un rival no demasiado fuerte:
Entre sus triunfos, también destaca el primer puesto en el torneo femenino de Cambridge, en 1889, aunque el mayor de sus éxitos se produjo en Londres, en la ya citada competición de 1897. Mary Rudge ya estaba en la mitad mala de la cincuentena y era la mayor de todos los participantes. Su triunfo fue inapelable, con 18 victorias y unas tablas. En segunda posición quedó la ítalo-británica Louisa Matilda Fagan, otra ajedrecista digna de los mayores elogios que recorrió medio mundo. En un torneo en la India, Fagan fue descalificada por el mero hecho de ser mujer, aunque es mejor que no nos desviemos demasiado porque esa es otra historia, que diría Kipling (coetáneo de nuestras amigas ajedrecistas).
Mary Rudge murió en Londres, el 22 de noviembre de 1919, a los 77 años.
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