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El número uno salvó un ‘match-ball’ contra el francés y luego demostró que aún no tiene rival en ninguna modalidad. Ding Liren, campeón del mundo, se despidió del ajedrez960 con dos tablas y siete derrotas
Magnus Carlsen y Alireza Firouzja han celebrado un duelo fantástico en el Freestyle Chess G.O.A.T. Challenge que se celebra en la localidad alemana de Weissenhaus. El número uno del mundo fue superado con claridad en la primera partida contra el francés en cuartos de final, pero luego metió toda la presión del mundo a la caldera y remontó el encuentro. Recordemos que se juega ajedrez960 (o Freestyle Chess), una modalidad en la que hay que pensar desde la jugada uno. Eso es un estímulo valioso para el noruego, aburrido de las excesivas preparaciones que conlleva el ajedrez clásico.
Después de su primera derrota, inapelable, que Michael Rahal explica en este vídeo, Carlsen ganó primero cuando tenía que ganar para empatar la eliminatoria. Llegaron entonces las dos partidas rápidas de desempate, en las que se vio de qué pasta está hecho cada uno. Alireza consiguió una posición muy superior en la primera y parecía que volvería a adelantarse…
Era su momento, pero Magnus, que tiene un sentido práctico del juego inigualable, sacrificó una calidad a cambio de poder jugar sin corsé. Alireza se quedó atenazado, con cada vez menos tiempo, y llegó a un final en el que volvió a mostrar lo mejor y lo peor: movimientos de enorme clase alternados con deslices que contra un enemigo como el número uno fueron suficientes para perder. Luego, Carlsen remato la faena, aunque jugó con el fuego del reloj. Su cálculo a veces no es mejor que el de otras estrellas, pero su sistema nervioso no tiene parangón.
Ding Liren, desconocido
La crisis de Ding Liren es más profunda de lo que parecía. Su esperado duelo contra Magnus Carlsen acabó en la primera fase con una derrota en la modalidad de ajedrez960 (o Freestyle), pero en el mercado de valores la victoria del número uno se había devaluado hasta límites impensables.
El gran maestro chino lo ha pasado en Alemania aún peor que en Wijk aan Zee. En nueve partidas solo ha anotado dos tablas, con siete derrotas . En alguna, como vimos, se dejó una pieza limpia. Contra Nodirbek Abdusattorov perdió la primera partida y luego no dio ni la sensación de querer remontar, con lo que también se alargaba su suplicio.
El golpe sería duro para cualquier ajedrecista, pero para un campeón del mundo arrastrarse a sí por el tablero es demasiado triste. Habíamos visto a campeones que se esfumaban por completo. Que Ding dé la cara es digno de elogio, pero al mismo tiempo produce lástima.
Como señalaba Tania Sachdev en la retransmisión, las cosas empezaron muy bien para los jóvenes en la liguilla previa, pero los veteranos han ido a más y han demostrado que todavía no son tan viejos para dejar de aprender y adaptarse.
En los otros enfrentamientos de cuartos de final, Levon Aronian logró frenar la racha de Vincent Keymer (1,5 a 0,5) y Fabiano Caruana no dejó escapar vivo Gukesh Dommaraju.