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El noruego, que ya tiene pesadillas con los ajedrecistas indios, ahonda su crisis en el Masters celebrado en Doha, de donde vuelve con 17 puntos Elo menos. Pudo ser peor, porque volvió a estar perdido en la última partida
(Texto actualizado)
Hoy ha salvado la partida y ayer ganó con estilo, pero es innegable que Magnus Carlsen no se encuentra en su mejor momento de forma. El número uno del mundo acaba de terminar el Masters de Catar en novena posición. Ha perdido dos partidas (que pudieron ser tres) y entablado otras dos (6 de 9) pese a que sus nueve rivales eran en teoría modestos, con una media de 300 puntos Elo menos. El objetivo de llegar a los 2900 se aleja. El noruego necesita un cambio en su vida o en su juego. Sería un drama que abandonara el ajedrez clásico, pero la Historia nos ha enseñado que no es improbable.
Vaya por delante que casi cualquier jugador firmaría los resultados de Carlsen en 2023, pero para el nivel al que nos tiene acostumbrados, su crisis es incontestable. En Doha se ha dejado 17 puntos Elo, un síntoma más, que no el único, de las dificultades que atraviesa.
En su defensa, hay que decir que se ha enfrentado a siete jugadores indios, que casi nunca tienen la puntuación que merecen. Son ‘ladrones’ de puntos, porque su fuerza real suele ser muy superior a la que indican los números. Anish Giri, por ejemplo, también ha bajado ocho puntos, como Van Foreest, y Nakamura dos.
El trasvase de puntos de Occidente a Oriente es significativo, así como la famosa deflación que sufren los que están más alto. Incluso Gukesh ha bajado seis puntos, cuando no puede decirse que desconozca a sus compatriotas. La reforma del sistema que piensa acometer la FIDE tampoco acabará con el problema, del que ya hablaremos.
Otra cuestión es que los jugadores acostumbrados a jugar solo torneos cerrados y a ver las mismas caras una y otra vez sufren más de la cuenta cuando les llegan enemigos desconocidos y con hambre de gloria. Por eso estas competiciones son tan entretenidas.
Dos derrotas y dos sustos para Carlsen
En Doha, Magnus perdió contra el kazajo Suleymenov, como contamos por aquí, con la famosa polémica del reloj, y después frente a Murali Karthikeyan, el más fuerte de sus rivales (2611 puntos), que apenas es el número 15 de la India, un país que dominará de forma aplastante el ajedrez de la próxima década, salvo sorpresa mayúscula. Magnus también cedió unas tablas sorprendentes contra M. Pranesh, un chico de 17 años que dejó anonadado al noruego por su desparpajo. «¡En cuando la partida se puso táctica, comenzó a meterme trucos por la izquierda, por la derecha y por centro! Jugó con una velocidad y una confianza realmente impresionantes», confesó.
En la última partida, Abhimanyu Puranik (2618), que tampoco es de la misma camada de los niños prodigios, porque nació en el año 2000, tuvo contra las cuerdas al noruego. Estaba viendo la posición en el móvil y, pese a ser un manta, vi que si hubiera llevado su rey a b2 en la jugada 47, tenía una oportunidad fantástica de anotarse el punto entero contra el número uno del mundo. Creo que el indio ni siquiera estaba apurado de tiempo en ese momento, aunque los nervios de la situación atenazan a cualquiera. El resultado de esa partida es lo de menos.
Con apenas 32 años, Carlsen parece haberse quedado sin objetivos. Fuera ya de la lucha por la corona, ajeno al torneo de Candidatos y sin la tensión que podría proporcionarle la cercanía de algún récord, el ajedrez clásico le aburre cada vez más y eso siempre se nota. Como señala su compatriota Tarjei J. Svensen, el rendimiento de Magnus en 2023 es de 2782 puntos (2655 en Catar). Sigue siendo una barbaridad para los mortales, pero para él podría ser la primera vez que acaba un curso con un resultado por debajo de 2800 desde hace quince años. Alguno de ellos llegó incluso a registrar 2889 de media, cien puntos más que en 2023.
Yakubboev, sorprendente ganador
Pese a la densidad de ajedrecistas indios en Catar, al final han sido los jugadores uzbekos los mejor clasificados. El sorprendente ganador ha sido Nodirbek Yakubboev (2616), empatado a puntos con su tocayo y compatriota Abdusattorov (2719), mucho más famoso y número 17 del mundo. Tercero quedó el indio S.L. Narayanan (2651), quien quizá debería montar una empresa.
Ha sido un torneo durísimo, un aperitivo fantástico antes del Gran Suizo de la FIDE, la competición más fuerte del año, en la que no estará Carlsen. Y, por su alguien se acuerda de él, además del Divis, tampoco Ding Liren, actual campeón del mundo.