Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 50 segundos
El número uno perdió en 31 jugadas contra Alisher Suleymenov, un desconocido al que saca más de 300 puntos Elo
Magnus Carlsen conoce sus propios antecedentes e intentó matizar sus comentarios, pero le duele encajar las derrotas, como a casi todos los grandes campeones. Ayer, además, recibió una histórica, la peor en quince años. En la segunda ronda del Masters de Catar, cayó en 31 jugadas contra el gran maestro kazajo Alisher Suleymenov, que con sus 2512 puntos Elo le dio una soberana paliza.
El número uno del mundo expresó después su frustración en las redes sociales: «Hoy me han destrozado por completo. Esto no es para acusar de nada a mi rival, que jugó una partida increíble y merecía ganar, pero honestamente, tan pronto como vi que llevaba reloj, perdí mi capacidad de concentración».
Magnus seguía dándole vueltas a lo ocurrido: «Obviamente, asumo la responsabilidad de mi incapacidad para lidiar con esos pensamientos de forma adecuada, pero también es increíblemente frustrante ver que los organizadores todavía no se toman en serio la lucha contra las trampas (sin demoras en la transmisión, espectadores caminando por la sala de juego con teléfonos inteligentes)».
Una hora después, el noruego aclaraba un detalle importante: «Le pregunté a un árbitro durante la partida si se permitían los relojes y me aclaró que los inteligentes estaban prohibidos, pero no los analógicos. Esto parece ir en contra de las reglas de la FIDE para eventos de esta talla».
«No acuso a mi rival de hacer trampas»
Poco después, cuando vio que sus mensajes habían tenido un gran eco, volvió a la carga: «Para que quede claro, no estoy acusando a mi rival de hacer trampas hoy. Usar constantemente mi nombre para los clics está bien, pero esto es aburrido. Hacedlo mejor».
Suleymenov tiene el título de gran maestro y es un joven brillante, nacido en 2003, pero al contrario que a Carlsen, jugar no le alcanza para vivir del ajedrez y también da clases. Ahora mismo sus tarifas son de 50 euros a la hora, en Lichess, aunque no es improbable que suban en las próximas horas. También dice que tiene «habilidades de cálculo muy poderosas» en comparación con su Elo. La partida que jugó ayer lo demuestra:
Al ex campeón del mundo, como es natural, le llovieron los comentarios a favor y en contra, quizá más ese los segundos. Hubo incluso quien recordó que Bobby Fischer empezó a perder el equilibrio mental cuando empezó a obsesionarse con que le hacían trampas todo el rato. Otros, como el gran maestro y entrenador Jacob Aagard, uno de los pocos jugadores importantes que defendió a Niemann, ha salido ahora a echarle un par de capotes al número uno.
Por un lado, recuerda que no ha acusado a nadie de hacer trampas, sino que «explica que no podía controlar su propia paranoia». «No siempre disfruto de lo que Carlsen siente o piensa, pero es una persona verdaderamente honesta que dice exactamente lo que piensa».
Solon también critica al árbitro principal del torneo: «Es el mismo que violó las reglas en el Mundial de 2021, lo que perjudicó a muchos participantes. No lo conozco y no sugiero ni por un momento que haya alguna mala voluntad o mala conducta, pero desearía profundamente que la gente aprendiera más a menudo de sus errores», afirma Aagard.
Bromas sobre Carlsen
Otros se tomaron la situación a broma. El entrenador y escritor de ajedrez Nate Solon, por ejemplo, proponía aparecer así para jugar contra Magnus:
Paco Vallejo, lacónico, simplemente afirma: «El ajedrez hay que jugarlo desnudo». El ganador de la partida, por su parte, admite en una entrevista con ChessBase India que aún no se ha recuperado de la sorpresa: «Sinceramente, no puedo creerme lo que ha pasado. Antes de jugar soñaba con unas tablas. Tuve suerte de que él se equivocara».
Suleymenov añade que jugar contra una leyenda como él ya le emocionaba, independientemente del resultado, del que por otro lado no esperaba nada. En realidad, el noruego ha sido el primer ajedrecista de la élite al que se ha enfrentado. Además de jugar una partida casi perfecta de ataque, el kazajo también supo aislarse de las visitas de los otros jugadores, como Giri y Nakamura, que observaban la posición y no salían de su asombro. «Si tu rival ve que estás nervioso, juega con más confianza», afirma con todo el aplomo del mundo. Incluso se dio cuenta «por el lenguaje gestual» de su oponente, que era este quien más incómodo se sentía.
Precedente en Albania
El otro día, por cierto, un jugador perdió su partida en Albania porque le sonó el reloj, que en este caso si era electrónico. El ajedrecista no paraba de mortificarse después de que le dieran la partida por perdida, algo especialmente doloroso en encuentros por equipos. Lo contaba Juan Manuel Bellón en sus habituales y jugosas crónicas en Facebook. El suceso ocurrió en el Campeonato de Europa de Clubes, que casualmente ganó el equipo de Carlsen.
Sí, esta es una buena prueba. Se equivoca como todos, ahora también en el tablero. Y ha sido educado en sus lamentos, que tampoco son disparatados. Muchas gracias por comentar, Richard.
Atinada reflexión, Carlos. Yo tampoco creo que se le pueda comparar a Fischer en eso, aunque hubo un tiempo en que todos habríamos apoyado a Bobby a muerte y nos habría costado reconocer su declive en directo. Yo era muy pequeño. Quizá algún lector veterano pueda contar cómo fue cambiando su juicio mientras Fischer perdía el suyo. Muchas gracias por comentar.
Nadie es perfecto, Carlsen es humano, como tú y como yo😎
Es posible que Magnus no asimile bien las derrotas, cosa que no está bien (entre tantas enseñanzas del Ajedrez, está aprender a perder, por eso las élites sociales del planeta no lo juegan) pero, de allí a compararlo con el loco Fisher es otra cosa. Es el No. 1 y mientras tanto hay que aprender de sus partidas…