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La maestro internacional griega hace un movimiento increíble en el Campeonato de Europa por equipos, el verdadero gambito de dama
Antes de nada, apuntad un nombre: Stavroula Tsolakidou. Las jugadas más bonitas en ajedrez suelen ser los sacrificios. Es el triunfo del espíritu sobre la materia, pero no hay nada religioso en ello, menos aún político. La belleza está ahí, en el tablero, esperando a que la encontremos. Mijail Tal era famoso por su habilidad para encontrarla. En ese arte tan esquivo se ha convertido en especialista la ajedrecista griega que mencionaba al principio. Tiene 23 años y su victoria contra la ucraniana Nataliya Buksa ya está incrustado en la memoria, como los goles de Maradona a Inglaterra.
En un torneo como el Campeonato de Europa por equipos, en el que participan Magnus Carlsen y otros genios de reconocido oficio, que una jugadora semidesconocida los supere a todos en belleza, y hablamos solo de ajedrez, tiene un indudable mérito. Lo mejor de todo es que podemos disfrutar su jugada una y otra vez hasta comprenderla del todo.
La ajedrecista griega, primer tablero de su equipo, permitió gracias a su victoria que su país derrotara a una selección mucho más potente, pese a las ausencias en el equipo ucraniano. Lo más espectacular de su movimiento es que a los simples aficionados les costará entender el sacrificio de dama, porque no hay nada evidente ni inmediato que lo justifique. Parece que lo hizo además después de pensar solo dos minutos.
Si no quieres ver la partida entera, puedes ir directamente a la jugada 27 y tratar de adivinar lo que sigue.
La jugada Dg3!! era además la única vía de las blancas para mantener la ventaja, en directo o con el jaque previo en e7. Cualquiera puede ver que la dama en g3 se pone a tiro del caballo negro, que va a dar un jaque doble en la casilla e2 y a capturar a la reina blanca. La combinación posterior no es nada fácil de calcular.
Tsolakidou ya dio muestras de su talento hace poco, en otra partida en la que también sacrificó dos piezas de forma consecutiva, aunque aquí la ‘solución’ es algo más evidente.
Si la griega sigue jugando así, se va a convertir en una rutina buscar sus partidas. No puede ser casualidad que encuentre jugadas que algunos grandes maestros no descubren en toda su carrera.
Entretanto, no dejaremos de observar las partidas de los españoles, que mañana regresan a la competición con otra jornada difícil. Las chicas intentarán asentar su buen juego, y los muchachos, recuperarse.
Foto: Andreas Kontokanis / Wikipedia