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La Federación Internacional escandaliza al mundo por los costes del próximo Campeonato del Mundo de ajedrez. Está previsto que Ding Liren y Gukesh se enfrenten entre el 20 de noviembre y el 15 de diciembre
No ha causado poca controversia el anuncio de las condiciones económicas del próximo Campeonato del Mundo, que disputarán Ding Liren y Gukesh D, tras el triunfo del indio en el torneo de Candidatos. La FIDE ha publicado algunas cifras que han causado escándalo, confusión y algún chiste en el mundo del ajedrez. La bolsa de premios (2,5 millones de dólares) no ha sorprendido tanto como el presupuesto mínimo que exige la Federación para escuchar ofertas: 8,5 millones de dólares.
La primera pregunta que se hace todo el mundo es si de verdad cuesta seis millones organizar un Mundial de ajedrez. Al menos, sabemos que de esa cantidad 1,1 millones ya tienen dueño: la propia FIDE; que cobra justo esa tarifa, una cantidad que en anteriores ediciones no especificaba aunque se supone que también se la quedaba. La Federación destaca también que los premios han aumentado en medio millón frente a lo que se llevaron Ding Liren y Ian Nepomniachtchi, un dato que ha quedado eclipsado por el presupuesto general.
Grandes maestros, periodistas e influencers se preguntan en qué se gastará todo ese dinero en una competición en la que, simplificando mucho, solo hacen falta dos sillas, como señalaba alguien muy conocido. Es lo malo del estado actual de una FIDE translúcida. La antigua era opaca del todo, pero a veces vislumbrar un poco provoca unas ganas mayores de transparencia.
Muchos, como Levy Rozman (Gotham Chess), se muestran más confundidos que indignados. El GM Jacob Aagaard aseguró por su parte: «Estoy seguro de que cualquier patrocinador serio mirará el desglose mucho antes de entregar un céntimo…». «Por supuesto que tenemos un desglose y en eso se basa la cifra», respondió Emil Sutovsky, CEO de la Federación. «Organizar un evento de un mes de duración en un lugar de primera categoría (y sí, estamos pensando en algo grande y de alta categoría), crear una marca, filmar con calidad televisiva, alojamiento, catering, etcétera, es costoso. En cuanto a la participación de personas influyentes, compruebe su Whatsapp». La última frase de Sutovsky, dirigida a Rozman, no quedó del todo elegante, como señalaba alguien, y es una muestra más de esa forma translúcida de gestionar.
La parte contratante…
Con estos números como aperitivo, no es preciso analizar todavía la letra pequeña, pero como alguno tendrá curiosidad, uno de los párrafos dice así: «El solicitante deberá rellenar el formulario de licitación e indicar el desglose exacto del presupuesto por partidas, incluidas las propuestas de pagos a la FIDE por los derechos comerciales y de patrocinio, el pago de los derechos de radiodifusión y la distribución de los derechos de patrocinio y radiodifusión entre la FIDE y los organizadores». La fecha límite para realizar ofertas es el 31 de mayo.
Como última frase, la Federación que preside Arkady Dvorkovich asegura que su decisión final «se basará en la totalidad de todas las condiciones e intereses propuestos para el desarrollo del ajedrez». Es decir, que no valdrá con hacer la oferta más alta y que la decisión no tiene unos criterios objetivos. Eso hizo que en el último Mundial se quedar fuera Argentina, por ejemplo, aunque no realizó una oferta peor que la de Kazajistán.
La gran pregunta que se hace todo el mundo es: ¿quién pagará la fiesta? India tendrá muchísimo interés y se habla de Arabia Saudí como país con los fondos suficientes. Y preocupa que no surjan más patrocinadores para uno de los deportes más practicados y con mejor imagen, pese a todo, del planeta.
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